La odontología láser es una técnica innovadora que emplea la energía del láser en diversos procedimientos dentales. Este enfoque ofrece múltiples beneficios gracias a su alta precisión y capacidad para minimizar el sangrado, lo que lo convierte en una opción efectiva para muchos tratamientos dentales.

Los procedimientos con láser dental suelen ser menos dolorosos debido a la exactitud del láser, aunque la habilidad del odontólogo también juega un papel crucial. Este enfoque es especialmente atractivo para pacientes que experimentan ansiedad o fobia al dentista, ya que mejora la seguridad y el confort durante el tratamiento.

El uso del láser en odontología presenta numerosas ventajas:

• La precisión del láser reduce el daño a los tejidos circundantes.
• Las heridas cicatrizan más rápidamente.
• Se minimiza el sangrado.
• La luz de alta energía del láser esteriliza la zona tratada, disminuyendo el riesgo de infecciones.
• Puede que no sea necesaria la anestesia.
• En muchos casos, no se requieren puntos de sutura.

El láser dental tiene múltiples aplicaciones en cirugía dental. Puede emplearse en el tratamiento de tumores benignos, úlceras bucales, y trastornos de la articulación temporomandibular (ATM). También se utiliza en procedimientos como la palatoplastia de úvula asistida por láser (LAUP) para remodelar la garganta y tratar la apnea del sueño, en la regeneración nerviosa y en el blanqueamiento dental. Además, la tomografía de coherencia óptica, que utiliza láser, permite visualizar los tejidos de dientes y encías en tiempo real.

Existen dos tipos principales de láser dental, cada uno diseñado para tratar diferentes tejidos:

Láser para tejidos duros: Este tipo de láser es absorbido eficazmente por la hidroxiapatita, una sustancia presente en los huesos y dientes, lo que permite cortar estos tejidos con precisión. Se utiliza en procedimientos como el tratamiento de caries, la preparación del diente para empastes, y el sellado de túbulos dentinarios para tratar la sensibilidad.

Láser para tejidos blandos: Este láser es absorbido principalmente por el agua y la hemoglobina, lo que lo hace ideal para trabajar en las encías. Sella nervios y vasos sanguíneos mientras corta, reduciendo el dolor y el sangrado; de hecho, algunos pacientes no experimentan dolor postoperatorio. Además, facilita la cicatrización. Es comúnmente utilizado para remodelar encías, eliminar pliegues de tejido blando causados por dentaduras mal ajustadas, y realizar frenectomías en pacientes con restricciones en la lengua, como niños o bebés.